¿El vino tiene más calorías que otro tipo de bebida alcohólica?

Empezaremos diciendo que el vino no tiene porqué tener más calorías que cualquier otro tipo de alcohol. Aunque existen diversos factores que afectan a esta característica, el más importante y el que más influye en la cantidad de calorías es el grado alcohólico que posea la bebida. Por norma general, y sin entrar en mucho detalle, podemos decir que los vinos con alto contenido de alcohol tendrán las mayores calorías.

Se estima que una copa de vino -esto significa alrededor de 100ml de vino-, de unos 13,5% de alcohol, puede contener unas 80 calorías, evidentemente más calorías que 100ml de cerveza, pero muchas menos que 100ml de whisky o ron. Esto es algo a tener en cuenta, sin duda, aunque no significa que no se pueda disfrutar de una copa o dos de vino al día.

¿Qué vinos tienen más calorías?

Como ya hemos dicho, el factor que determina esta propiedad es el grado de alcohol del vino. Siguiendo esta regla, es fácil entender que los vinos con mayor graduación, que suelen ser los vinos tintos, tienen más calorías que los de menos graduación, que suelen ser los rosados. En cualquier caso, si estás preocupado por tu salud, lo mejor es consultar a un profesional calificado como un nutricionista.

Vinos para probar con pocas calorías

Por regla general, los vinos rosados son los vinos que tienen menos calorías. Es por eso que te hemos preparado algunos ejemplos que, además de engordar poco, tienen un sabor excelente. Una región a considerar es la Côte de Provence en Francia. Esta región es famosa por sus vinos rosados, y encontraremos algunos ejemplos de alta calidad que también son relativamente bajos en alcohol.

• Magali Rosé registra un 12% de alcohol. Es una mezcla al 25% de Cabernet Sauvignon, Grenache, Syrah y Cinsault, y es ligero y fácil de beber.
• Miraval Rosé es uno de los vinos más conocidos de la región. Con un 13% de alcohol, no es un vino de bajo contenido alcohólico, pero si te gusta el vino rosado, no puedes dejar de probar el vino de Brad Pitt y Angelina Jolie que, según las últimas informaciones, puede dejar de serlo en próximas fechas.
• Confidentielle Rosé procede del mismo productor que el Magali Rosé, Saint André de Figuière. Aquí encontramos una altísima calidad, y con un 12,5% de alcohol. Este vino tiene una nariz compleja con sutiles notas de pimienta negra, y un final largo y persistente.

Aunque si realmente quieres ser estricto en tu dieta, puedes probar el vino sin alcohol que, consecuentemente, podemos decir que será un vino “light” en cuanto a peso se refiere.

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Tal y como su nombre indica, el vino de arándanos se elabora a partir de los arándanos. Son frutos pequeños que crecen principalmente en África, Canadá y Estados Unidos. La piel y la carne de la planta se fermentan por completo durante algún tiempo para obtener el vino de arándanos. Este vino se está haciendo muy popular, y ya muchos amantes del vino lo han descubierto. No sólo es un vino sabroso, sino que también ofrece varios beneficios para la salud.

Beneficios para la salud del vino de arándanos

Anti-envejecimiento

El vino de arándanos, como la mayoría de vinos, tiene ciertos componentes anti-envejecimiento, concretamente varios antioxidantes que son ricos en vitamina C y E. Estas vitaminas combaten eficientemente el envejecimiento. Los antioxidantes que se encuentran en el vino de arándano se deshacen de los productos químicos que aceleran el envejecimiento en nuestros cuerpos. Por lo tanto, el consumo frecuente de vino de arándanos mejorará la apariencia de la piel haciendo que parezca joven y suave.

Beneficios para la salud

El vino hecho a partir de arándanos aumenta nuestro sistema inmunológico de varias maneras. Este vino contiene menos azúcar que otras bayas, como las fresas o el saúco. Esto significa que la ingesta de vino de arándano no afecta negativamente al azúcar en la sangre.

El vino de arándano aumenta el sistema neuronal. Este es uno de los beneficios anti-tumor. Los arándanos utilizados para hacer este vino producen compuestos que protegen nuestro sistema inmunológico. Puede reducir el colesterol e incluso reducir las tasas inflamatorias en el cuerpo. Alternativamente, una gran ingesta de arándanos detendrá los problemas cardíacos. El vino de arándanos es una cura para la artritis debido a su aspecto anti-inflamatorio. Tomar arándanos con regularidad mejorará tu vista y como resultado te proporcionará una mejor visión nocturna mejorada. Es por estas razones que se dice de los amantes del vino de arándanos que son agudos y pensadores críticos.

Los arándanos contienen beneficios de salud ininterrumpidos. Estas frutas también contienen ácido fólico. Este compuesto es esencial para cualquier mujer embarazada. Se asegura de que un feto nazca sano y se reduzca así las ocasiones de experimentar deficiencias del tubo neural. La vitamina C que se encuentra en los arándanos es rica en fibra. Como resultado esto detiene el estreñimiento entre los individuos que están deshidratados. Por todo esto, es aconsejable para las madres embarazadas tomen vino de arándano con regularidad.

Teniendo en cuenta estos beneficios para la salud, podemos decir con certeza que el vino de arándanos sirve para extender nuestra vida útil. Un vaso de vino de arándanos diario mejorará nuestra salud general. Aparte del vino de arándanos, se pueden consumir arándanos junto con otros alimentos como cereales. También se pueden agregar arándanos en diferentes bebidas para mejorar el sabor.

Uno de las problemas es que beber vino de arándano puede llegar a convertirse en adictivo con el tiempo. Los amantes de este vino, por lo tanto, tienen que aprender a consumirlo con moderación. Para conservarlo una vez abierto, lo mejor es volverlo a tapar con el corcho y asegurarse de que no queda expuesto al aire.

El vino de arándanos es agradable y desde aquí aconsejamos su ingesta de forma regular. Recuerda que la riqueza es la salud, así que invierte sabiamente.

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Su elaboración es compleja y puede realizarse mediante diferentes técnicas. La más utilizada es la de origen australiano y utiliza una columna de cono rotatorio que va separando los diferentes componentes del vino a una temperatura de 20-25ºC. Primero se separan los aromas del resto de componentes. El siguiente paso es separar el alcohol (nunca se elimina del todo, siempre queda un remanente que suele rondar los 0,3 – 0,5º) y, una vez hecho esto, se vuelven a añadir los aromas anteriormente extraídos en la bebida. Esta es la técnica más utilizada, pues es la que permite conservar más y mejor las características organolépticas del «vino». Otra técnica igual de «respetuosa» pero mucho más costosa es la destilación al vacío, pero precisamente por este alto coste es poco utilizada. También se puede hacer por evaporación de este alcohol (de hecho, esta es la técnica original de este proceso), pero eso sí que ya no es nada respetuoso con el producto original y, por ello, no se suele utilizar.
Se puede elaborar «vino sin alcohol» a partir de cualquier variedad de uva, llegándose a producir incluso espumosos sin alcohol.

Sin embargo, tenemos que tener en cuenta varios aspectos. Primero de todo, legalmente no es correcto denominar a esta bebida «vino sin alcohol» o «vino desalcoholizado». Debe llamarse «bebida desalcoholizada«, pues para poder denominarse «vino» debe tener, por ley, una graduación mínima de 9º. A nivel nutricional, esta bebida sin alcohol no tiene nada que ver con cualquier vino: contiene aproximadamente un tercio de la aportación energética del vino, cero proteínas y, eso sí, tampoco contiene grasa. Pero es a nivel organoléptico donde están las mayores diferencias. Cuando catas un «vino sin alcohol» das cuenta de sus carencias, sobre todo a nivel de aromas y sabores. El color se ve realmente poco afectado por el proceso, pero el hecho de manipular de manera excesiva el vino hace que éste quede vacío, sin alma, sin personalidad. Ni siquiera tiene la «chispa» que podemos encontrar en un mosto. El resultado suele ser insípido y excesivamente plano, tanto en nariz como en boca. Aguado y «soso».

El «vino sin alcohol» está recibiendo impulso sobre todo por la insistencia de un par de bodegas grandes que van creando la «moda» sobre la marcha (lo que decimos siempre de si realmente es la gente que crea la demanda o viceversa). Ahora bien, si yo fuera una persona no consumidora de bebidas alcohólicas, dudo que pidiera un «vino sin alcohol». Creo que hay muchos otros productos mucho más cualitativos organolépticamente hablando que podrían satisfacer mis necesidades, empezando por el mosto y terminando por otros zumos de fruta naturales, que mantienen el 100% de nutrientes y propiedades positivas para el organismo, sin hablar evidentemente de aromas y sabores.

Yo soy alérgico a las pipas. Es un trauma que arrastro de la infancia. No puedo comer pipas, ni peladas ni sin pelar. Soy alérgico a la grasa de estas semillas. ¿Hay que sacar al mercado unas pipas que hayan pasado un proceso biomecánico mediante el cual se haya eliminado esa grasa? Para mí, no es necesario que lo hagan. Ya me he acostumbrado a mirar el fútbol ingiriendo otros productos igual de «sanos» y que no me provocan daño. Eso sí, seguiré siendo el rarito del grupo …

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Numerosas investigaciones científicas y médicas llevadas a cabo durante más de medio siglo en todo el mundo han demostrado que el consumo moderado de vino tiene beneficios para la salud.

Los efectos saludables más documentados son los que se producen sobre las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Distintos estudios muestran que ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, produciendo así un efecto protector hacia ataques cardiacos; y que mejora la circulación de la sangre y el funcionamiento de los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de enfermedad coronaria y protegiendo contra los accidentes cerebrovasculares isquémicos (obstrucción de una arteria en el cerebro), entre otros efectos positivos.

Pero la lista de beneficios para la salud asociados al consumo moderado de vino es variada y extensa. Desde la década de los años 70, el interés de la comunidad científica por conocer sus propiedades preventivas, paliativas o curativas ha ido en aumento.

Así, se ha observado que también ayuda a disminuir las molestias causadas por la artritris reumática; que favorece el aumento de la densidad en el sistema óseo de las mujeres, evitando el riesgo de padecer osteoporosis; y que protege la vista (bloquea la progresión de las cataratas y la degeneración macular).

Además, al estimular la secreción salival y la segregación de jugos gástricos, favorece el correcto funcionamiento del sistema digestivo. Y diversos estudios observacionales recientes avalan la teoría de que posee una parte beneficiosa para la salud bucodental (previene la acumulación de placa y la aparición de la caries).

En los últimos años, distintos grupos de investigación se están centrando en el estudio de su papel protector frente al desarrollo de enfermedades tumorales (cáncer de pulmón en fumadores, cáncer de mama y cáncer de próstata). Habrá que estar atentos.

Eso sí, todas las investigaciones insisten en dos aspectos:

– La clave para obtener beneficios saludables del vino es la moderación. La cantidad consumida, al igual que ocurre con otros alimentos y con los medicamentos, es la que determina su efecto beneficioso o perjudicial.

– Los efectos beneficiosos del vino no se pueden generalizar y, en algunos casos, su consumo, incluso moderado, está claramente contraindicado.

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Sin embargo, no es la única manera en la que las propiedades naturales de la uva y de sus caldos pueden beneficiarnos, ya que también pueden hacerlo “exteriormente, cuidando nuestra piel de forma muy efectiva.

Quizás el tratamiento más extendido y uno de los mayores exponentes de esta corriente sea la vinoterapia, de la que ya os hablamos en el blog hace unos meses, y que puede encontrarse como oferta en muchas bodegas o SPA.

Pero no es el único, ya que poco a poco se va incorporando la uva y sus derivados a los tratamientos de belleza más convencionales como cremas, jabones, exfoliantes o aceites bajo la denominación de enocosmética, y empezamos a verla presente en líneas de cosméticos de primeras marcas.

Rejuvenece tu piel con tratamientos caseros

Independientemente que vayamos a centros especializados o usemos cosméticos de alta tecnología basados en la uva, podemos disfrutar de las propiedades del vino con tratamientos asequibles e incorporarlos de vez en cuando a la rutina de belleza que seguimos en nuestra casa.

Los muchos beneficios que podemos resaltar de la cosmética natural basada en la uva, sin entrar en terminología química, tienen como protagonista a los antioxidantes del vino ya que estos ayudan a mantener la piel joven eliminando células muertas, la hidratan,  y contribuyen a la elasticidad y firmeza de la misma por lo que previenen la aparición de arrugas y tienen un efecto rejuvenecedor.

Todas estas propiedades hacen que el vino tinto sea el ingrediente perfecto para la elaboración de mascarillas caseras que ayudan a mantener el cutis saludable, y muy recomendable para aquellos que han superado la treintena.

¿Cómo preparar una mascarilla a base de vino?

Ingredientes:

• Vino Tinto
• Miel

La elaboración es realmente sencilla: se mezcla cuatro cucharadas de vino tinto y dos cucharadas de miel en un recipiente y se remueve hasta que se mezclen perfectamente. Se aplica sobre el rostro y cuello con un masaje circular, dejando actuar la mascarilla durante 15 o 20 minutos. Tras este tiempo, aclaramos con abundante agua tibia.

Repetir esta rutina una o dos veces por semana ayudará a tu piel y disfrutar de una manera diferente del vino.

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Hasta hace unos años, creíamos que sólo podíamos disfrutar del vino bebiéndolo. Sin embargo, con el gran crecimiento del enoturismo descubrimos, día a día, que son múltiples las posibilidades para gozar de él. Hoy os planteamos la vinoterapia, una práctica nacida en Burdeos de la mano de Mathilde Cathiard y Bertrand Thomas, pioneros en aplicar los primeros tratamientos de ésta disciplina.

Los expertos aseguran que los tratamientos con vino previenen el envejecimiento de las células, favorecen la microcirculación y hasta tonifican los músculos, ejerciendo un efecto rejuvenecedor y una sensación de bienestar y relajamiento.

Dados los beneficios que se le otorgan a la vinoterapia, los balnearios y spas de varios países del mundo han incorporado de inmediato esta nueva terapia entre en sus tratamientos. Así pues, si estáis pensando en vivir una experiencia distinta y saludable podéis regalaros estas fiestas una escapada en alguno de los muchos centros que ofrecen este tipo de servicio.

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En un estudio realizado por la Harvard Medical School y por el National Institute on Aging, se demostró que beber vino tinto tiene beneficios siempre que se haga con moderación.

La dosis recomendada es de un máximo de dos copas al día en el caso de los hombres y una para las mujeres. Para que los efectos sean efectivos es importante que el consumo sea regular, y si lo hacemos así, los efectos beneficiosos pueden ser:
1. Disminuye las enfermedades coronarias y arteriales
2. Previene la pérdida ósea
3. Previene el envejecimiento prematuro de las células
4. Tonifica y ayuda a la digestión

Los diabéticos pueden consumir vino, aunque es importante que lean la etiqueta del vino para ver el porcentaje de azúcar en el mismo.

Así pues, una copita de vino al día es saludable pero cabe remarcar que la moderación es la clave para obtener unos resultados beneficiosos.

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