La práctica comienza con unos sumilleres que trataban de realzar el dulzor de un Champagne «demi-sec» mediante la reducción de la efervescencia.
París sigue siendo la cuidad donde más se manifiesta esta práctica, la cual se ha expandido en todo el mundo para casi todos los tipos, estilos y edades de Champagnes.
Los beneficios de decantar el Champagne incluyen la disminución de las burbujas de mayor tamaño y la efervescencia más agresiva. Esto significa que los Champagnes más aptos para decantar son los mas jóvenes, económicos y los non-vintage cuvées. También es importante decir que algunos de los Champagnes más caros y de renombre se podrían beneficiar siendo decantados.
Como consejo de Tom Stevenson, unos de los críticos mundiales referente en la materia, sugiere que los estilos más ‘oxidados’ de Champagne se vuelven más frescos después de ser decantados.