Se trata de la variedad de uva española por excelencia, considerándose autóctona de La Rioja. Crece en altitudes relativamente altas y su maduración se produce varias semanas antes que otras variedades, de ahí su nombre.
Es una uva tinta con piel gruesa y produce un mosto equilibrado en azúcar, color y acidez, aunque la acidez a veces es escasa. Cuenta con un paladar interesante en vino joven y aterciopelado cuando envejece. Su sabor es afrutado y posee un color rubí característico. Es considerada la variedad más importante y la que más superficie ocupa en la Denominación Rioja. También está presente en Portugal, Argentina, Estados Unidos y Australia.
Los mejores vinos de tempranillo se obtienen en lugares de clima continental, es decir, zonas con alta insolación durante el día y temperaturas nocturnas muy frías. Estas son las condiciones idóneas para que los vinos sean de una calidad muy alta.
En la Rioja Alta, la uva tempranillo da vinos de poco color por ser una zona más fresca y húmeda. En la Rioja Alavesa, el color es mayor y la acidez es más baja, en la Ribera del Duero, esta uva posee un mayor equilibrio por ser el clima perfecto para su correcto desarrollo. En Cataluña se da muy bien en la zona de Lleida, al tener un clima similar. Los vinos de La Mancha y Valdepeñas tienen más estructura, menor acidez y una evolución en crianza más rápida que los de rioja.
¿Sabías que existe también una variedad blanca? Se llama Tempranillo Blanco y tiene una semejanza genética del 97,8% con la tinta. Se trata de una mutación de la tinta descubierta en 1988 por Jesús Galilea Esteban.
La uva tempranillo blanco es actualmente distribuida a los cultivadores registrados estatalmente y aprobado su uso en la Denominación de Origen Calificada Rioja.
