El prosecco italiano es uno de los vinos espumosos favoritos en el mundo. Los amantes del vino aprecian su refrescante acidez, su sabor ligeramente afrutado y quizás, sobre todo, su precio asequible. Aunque el prosecco generalmente carece del prestigio del champagne o de la complejidad del cava, representa sin duda una buena apuesta en relación calidad-precio.

La diferencia principal entre el prosecco y estos otros vinos espumosos es la forma en que se elaboran. El cava y el champagne utilizan el “método tradicional” (o méthode champenoise), un proceso que requiere mucho tiempo y mano de obra que implica que la fermentación secundaria se realiza dentro de la botella. Por encima de todo, este proceso es costoso, por lo que este coste se repercute en el precio final. El prosecco, por otra parte, se elabora utilizando un método completamente diferente: el método del tanque.

 

El método del tanque

Ante todo, debemos tener en cuenta que, al igual que «Champagne», el término «Prosecco» está legalmente protegido, y por lo tanto solo el vino espumoso de las regiones en Friuli y Veneto que forman las zonas de Prosecco DOC o Prosecco DOCG pueden ser etiquetados como “Prosecco”.

El método del tanque también es conocido como el método Charmat o método italiano, y es el método de elaboración de la mayoría de vinos espumosos baratos que se producen en el mundo. Este es un método más rentable que evita la fermentación secundaria en la botella:

  1. Las uvas son cosechadas, prensadas y fermentadas para producir un vino base seco.
  2. Este vino se pone en un gran tanque de acero inoxidable, junto con una mezcla de azúcar, nutrientes de levadura y un agente clarificador. El depósito se sella y la fermentación secundaria tiene lugar bajo condiciones cuidadosamente controladas.
  3. Con la fermentación secundaria completada, el vino ahora ya tiene burbujas, o sea, es espumoso. Las células de levadura muertas, o lías, se eliminan por filtración.
  4. Bajo un ambiente presurizado, el vino espumoso resultante se embotella.

Aquellos que estén familiarizados con el método tradicional apreciarán que el método Charmat es un proceso mucho más simple. Requiere menos tiempo y menos trabajo físico para producir un vino espumoso. Como resultado, los vinos elaborados con este método tienden a ser mucho más económicos.

Por contra, los críticos dirán que este tipo de vinos son considerablemente más simples que cualquiera elaborado bajo el método tradicional, que carece de matices y no será capaz de envejecer en la forma que lo pueden hacer los grandes cavas y champagnes.

 

La prueba del sabor: método tradicional vs. método del tanque

Una de las cosas que más nos gustan del mundo del vino es que podemos probar las cosas por nosotros mismos. Así que lo fácil aquí es tomar un par de botellas de prosecco, tu cava y tu champagne favorito, y compararlos.

Como verás rápidamente, el prosecco es ligero y refrescante. Un cava o un champagne con cierto envejecimiento serán, por el contrario, algo más cremosos, con destacadas notas a levaduras, brioche y pan tostado. Esto es debido a que el vino ha tenido un prolongado contacto con las lías, todo lo contrario que el vino elaborado bajo el método Charmat. Coge un champán o un cava envejecido y compáralos junto a un prosecco corriente, y lo verás por tí mismo. Prueba algo como el Louis Roederer Brut Premier o un cava vintage como el Naveran Brut Nature Millésime.
¿Crees que el prosecco puede soportar la complejidad y la profundidad de un buen cava o champagne? ¿Pero en definitiva, cuál te gusta más?


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar