Los vinos de Andalucía occidental, y en este caso hablamos de los de Jerez y Montilla-Moriles, han vivido suertes desiguales a lo largo de los últimos 200 años.
Durante ese tiempo han habido profundos cambios sociales, económicos y en los hábitos de consumo que han influido en menor o mayor medida en la percepción de los que, para nosotros, son unos de los mejores vinos del mundo.
Los momentos de gloria sucedieron a los de crisis profundas, y así hasta nuestros días. El último gran tropezón fue a los principios de los 80 del pasado siglo.
Por suerte para todos nosotros la mayoría de las bodegas que sobrevivieron se reafirmaron o aprendieron que el único camino viable en el siglo XXI es el de primar la calidad frente a la cantidad.
Las circunstancias de los últimos 30 años han llevado a una paradoja, que esperamos sea temporal, de que disponemos en el mercado de productos con una relación-precio inmejorable.
Los consumidores de hoy buscan calidad. Y dato importante, que se pueda pagar. Junto a eso, qué duda cabe que en la nueva restauración hay un creciente interés tanto por los maridajes, como por vinos genuinos y bien hechos.
El Palo Cortado y los vinos «en rama» están tomado el testigo que en su dia abanderaron el Fino y la Manzanilla, en una nueva primavera en la que brotarán todas las joyas que se esculpen, con cariño y mucha paciencia, en las bodegas. Esa es nuestra percepción e ilusión.
Por ello desde INVINIC queremos ofrecerte los mejores vinos generosos, con la firme convicción de que se tratan de auténticas joyas enológicas que merece la pena compartir y disfrutar.
