El 85% del vino está formado por agua, la cual contiene todas las sales minerales y elementos que la vid adquirió del suelo de cultivo anteriormente, determinando la pureza de la bebida.

El etanol es el mayor componente después del agua, alcanzando hasta el 12% del total de la bebida. Procede de la fermentación del azúcar del mosto -principalmente glucosa y fructosa- y, en menor medida (1 g por litro) se forma a partir de otros alcoholes como el metanol o el butanol.

El tercer elemento es la glicerina, proveniente de la fermentación alcohólica y con un sabor ligeramente dulce. Este compuesto es realmente importante para darle suavidad, sabor y cuerpo a los vinos.

Para explicar los ácidos, distinguiremos dos clasificaciones. La primera está formada por aquellos que proceden de la propia uva y serán, el tartárico, el málico y el cítrico. La segunda la conformarán aquellos ácidos originados por la fermentación: el láctico, el succínico y el acético.

Por último, no podemos olvidarnos que este producto contiene de 2 a 4 gramos por litro de sales minerales. De entre los cuales citaremos el fosfato, el cloruro, el sulfato y el potasio como los más destacados. Así, el vino no solo es un placer que experimentamos al beberlo, sino una fuente imprescindible de nutrientes.

 

 

 

 

Categorías: Sabías que

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar