Dom Pérignon. Como a cualquier buen amante del vino, solo con oír estas palabras se me ponen los pelos de punta. La legendaria etiqueta de champagne Dom Pérignon es uno de los más míticos símbolos de status, un favorito de ricos y famosos en todo el mundo, así que es fácil olvidar que detrás de la etiqueta y la fanfarria también hay un vino espumoso de primera calidad.

Vamos a olvidarnos por un momento del lujo y a considerar el Dom Pérignon como un simple vino. Entonces, ¿qué es lo que va bien con el vino? ¡Exacto, la comida! Olvídate de los clubes nocturnos y los videos musicales, y pongamos una botella de Dom Pérignon en la mesa para ponerlo a prueba.

 

Dom Pérignon

Pero antes, vamos a conocer un poco mejor el vino. El Dom Pérignon 2006 es un champagne de añada (recordad la diferencia que hay con los vinos espumosos “non-vintage”) elaborado por la famosa bodega Moët & Chandon. La calidad de este vino es incuestionable, así que no es de sorprender que tenga puntuaciones excepcionales de los críticos vinícolas: 96 puntos de The Wine Advocate de Robert Parker y 95 puntos de Wine Spectator.

No todos los años en Champagne se producen uvas lo suficientemente buenas para obtener un vino de añada, pero el Dom Pérignon 2006 proviene de un año especialmente bueno, donde las condiciones climáticas calurosas y secas condujeron a uvas particularmente maduras.

 

Degustando el Dom Pérignon

Dom Pérignon

  • Tiene un delicado color dorado y una fina mousse de burbujas brillantes.
  • En la nariz encontramos expresiva fruta y un carácter floral al principio, aunque, como no, enseguida se rebelan los exquisitos aromas a levadura que nos indican la calidad del vino.
  • En la boca, el Dom Pérignon 2006 es simplemente hermoso: una sensación inicial sedosa con sabor a fruta redondeada da lugar a una acidez explosiva y un final largo y persistente.

 

 

3 ideas de maridaje para el Dom Pérignon

A menudo se piensa que el champagne es meramente un vino de aperitivo, pero las burbujas de calidad resultan excelentes para una amplia gama de alimentos. Se podría vincular con casi cualquier comida, pero un vino tan especial (y seamos realistas, tan caro) merece algo un poco especial.

1. Dom Pérignon y foie gras

Quizá hay pocas cosas más lujuriosas que el foie gras, la controvertida delicadeza originaria de Francia. El foie gras es increíblemente rico y graso, y se marida tradicionalmente con un Sauternes dulce. Probemos algo un poco diferente, aunque memorable, al intercambiar el vino dulce por la acidez seca del Dom Pérignon: la mordaz frescura del champagne corta este alimento y proporciona un hermoso equilibrio y armonía en la boca.

2. Dom Pérignon y caviar

Otra delicadeza digna de un champagne verdaderamente especial. El caviar es deliciosamente rico y salado. En particular, el carácter salado proporciona un interesante contrapunto al vino. La sal en los alimentos hace hincapié en el cuerpo del vino, dando un nuevo arranque de vida a la boca ya redonda y generosa del Dom Pérignon. ¡Un verdadero placer!

3. Dom Pérignon y trufas

Las trufas, o cualquier plato a base de setas de calidad, es una combinación perfecta para el Dom Pérignon. El sabor umami de las setas enfatiza la acidez en el vino, lo que hace un maridaje espectacularmente sabroso y refrescante.

 

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Categorías: Maridaje

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