Esta noche te apetece un pastel de pescado, ya sea una torta de pescado tailandesa o una tarta de bacalao, y te preguntas qué tipo de vino maridará mejor con estos platos.

El maridaje entre comida y vino tiene una parte de ciencia, pero también una parte de arte: no todos tenemos los mismos gustos, así que podemos afirmar con rotundidad que “el maridaje no es una ciencia exacta”. Lo que está claro es que servir el vino y la comida juntos puede cambiar la forma en que percibimos uno de ellos, o ambos.

 

Tradicionalmente, ¿qué va bien con los pasteles de pescado?

Al emparejar el vino con los pasteles de pescados (y con la mayoría de los mariscos), la sabiduría convencional señala al vino blanco seco. Por supuesto, hay muchos estilos de vino blanco seco, al igual que hay muchos estilos de pastel de pescado. No puede haber algo como un “maridaje perfecto”, pero algunos vinos se prestan mejor a algunos estilos de pastel de pescado que otros. Vamos a presentar tres pasteles de pescado comunes y vamos a sugerir un buen maridaje para cada uno de ellos.

1. Pasteles de pescado “ligeros”

Finca La Colina Sauvignon BlancNuestra primera opción es un “simple” pastel de pescado blanco, ya sea de bacalao, dorada o alguno similar. Por lo general, éstos son los más ligeros en sabor y con la textura más delicada, por lo que la mejor apuesta aquí es un vino blanco ligero, con alta acidez y sin envejecimiento en roble. Podemos optar por un joven Sauvignon Blanc, Muscadet, Pinot Grigio o Chablis. Nosotros te recomendamos el Finca La Colina Sauvignon Blanc, ya que al ser también un vino ligero, no “matará” los sabores del pastelito, si no que los complementará.

 

 

2. Pasteles de pescado “pesados”

Enate Chardonnay Fermentado En BarricaTambién podemos elaborar pasteles de pescados más pesados, de “tipo carne” (aunque, evidentemente, ¡no tienen que llevar carne!). El atún, el salmón, o incluso el cangrejo, son algunos de los pescados más típicos para este tipo de pasteles. Si el estilo anterior era ligero y casi esponjoso, éstos son más densos y más pesados en la boca, así que requieren un vino con algo más de cuerpo.

Los vinos blancos con algo de crianza conforman un buen maridaje: cualquier vino blanco de Borgoña (u algún otro Chardonnay con crianza) es ideal, como es la mayoría de los Chenin Blanc, Semillon o incluso un blanco de Burdeos. Nosotros te recomendamos el Enate Chardonnay Fermentado en Barrica, uno de los vinos blancos más clásicos de Somontano, que puede soportar perfectamente este tipo de pasteles.

 

3. Tortas de pescado tailandés

Sumarroca MuscatNuestro último plato es uno de los favoritos para mucha gente. La influencia asiática y picante del plato abre nuevas posibilidades de maridaje. Dependiendo del tipo de pescado utilizado, podrías mezclarlo bien con cualquiera de los vinos que ya hemos mencionado. Pero si realmente quieres algo especial, sigue leyendo. El suave picante de las especias del pastel de pescado tailandés va particularmente bien con un vino blanco aromático y seco, con algo de de azúcar residual pero sin ser totalmente dulce. Aquí tenemos varias opciones clásicas: Muscat, Riesling y Gewurztraminer. Nosotros te recomendamos el Sumarroca Muscat del Penedès, un vino super aromático con cierta dulzor procedente más de la variedad de la uva utilizada que del proceso de elaboración en sí. Marida muy bien con este plato porque esa pizca de dulzor corta el picante de la receta, con lo que invita a seguir comiendo, ¡y bebiendo!

 

Categorías: Maridaje

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