La vendimia o recolección de la uva tiene lugar a partir de finales del mes de agosto, alargándose hasta mediados de octubre o incluso más tarde. Las fechas dependen de la variedad de la uva, el clima y, por supuesto, el vino que se desee elaborar.

El enólogo es quien decide la fecha de la vendimia, dando la orden de recoger el fruto cuando éste haya alcanzado su punto óptimo de maduración y el equilibrio entre los azúcares y la acidez sea el correcto para el vino.

La vendimia es un momento clave en la elaboración del vino; debe realizarse en el momento justo, la fruta debe estar sana (si no queremos una bebida dulce atacada por botrytis) y debemos conseguir que la uva llegue en condiciones óptimas a la bodega, con el menor impacto posible en la planta.

Es realmente importante que la temperatura ambiente durante la vendimia no sea demasiado elevada y, por este motivo, muchas bodegas recolectan la uva durante la noche. Por último, también hay que tener en cuenta el tamaño de las cajas que utilizaremos para la recogida. Lo más óptimo es transportar la fruta en cajas que no sobrepasen los 25 Kg, evitando que el peso excesivo de la uva rompa los granos y el mosto comience a fermentar antes de llegar a la tolva de recepción. Este hecho aceleraría el proceso de transformación del mosto en vino y nos haría perder el control de su elaboración .

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